jueves, 6 de diciembre de 2012

El niño del pijama de rayas


EL niño del pijama de rayas es una novela escrita por John Boyne. Habla sobre un tema tan trascendente y doloroso en nuestra historia como el holocausto. Se narra no desde un punto de vista histórico, ni tampoco desde un punto de vista adulto. La narración de los hechos se ofrece a través de la perspectiva de Bruno, un niño de 9 años de edad. Bruno es hijo de un comandante nazi que es destinado a dirigir el campo de concentración de Auschwitz. El niño, debido a la inocencia que posee, a causa de su edad, no sabe realmente lo que sucede a su alrededor. Esto me recuerda a la película “La vida es bella” en la que el  niño, Josué, es aún demasiado pequeño para entender la guerra y el padre hace uso de su ingenio, para que Josué se tome aquella deportación como un juego en el que deben ir acumulando puntos para ganar el magnífico tanque, con el que tanto soñaba. ¿Por qué hago referencia a esta película? Las dos nos muestran como el niño puede llegar a tener una gran imaginación pero nunca pensaría, ni siquiera podría llegar a entender cómo es que un ser humano pueda hacer cosas tan horribles. De hecho yo sigo sin entenderlo y por esto me siento reflejada en ellos dos. Creo que todos quisiéramos volver a tener esa edad en el que creíamos que el mundo era todo color de rosas o un magnifico cuento de hadas. Los niños creen en todo lo que le cuentan los adultos porque confían en ellos y ¡los admiran! ¡Cuánto es lo que perdemos al crecer! No solo la imaginación si no el poder confiar en los demás, el poder disfrutar el ahora sin preocuparnos por el futuro, la fascinación por querer descubrir todo, por creer en posibilidades infinitas, sentir las ganas constantes de reír y jugar.
Cada niño tiene su manera de ver el mundo y su manera de ser, un día es el rey Arturo al otro día un pájaro y al otro, un gran dragón. Ir de compras con tu mamá es una nueva aventura,  andar por la plaza una nueva oportunidad para hacer amigos. Un pedazo de alambre más agua con detergente, significa horas de diversión haciendo burbujas. El tiempo no es un motivo de preocupación, apenas se entienden las agujas del reloj. El aspecto físico… “¿Qué es eso? No me interesa… dentro de un par de años cambia solo por naturaleza y no por las cremas que muestra la tv”.  ¿Quién no quiere volver a esos años? Sin embargo la vida pasa y nadie puede escaparse de crecer. Nadie puede escaparse de ver la realidad en la que vivimos. No podemos ser siempre el Bruno de la película que vive en un mundo de fantasía. Pero sí podemos volver a tener ese niño interior que una vez fuimos, aprovechando el ahora, maravillándonos por las cosas que vemos como si fuera la primera vez que lo hacemos, disfrutando los pequeños detalles de la vida, como los olores, el sol, la lluvia, un helado, una simple caminata, un libro, una película, o hasta escuchar esa canción que tanto nos gusta. Solo hay que
aceptar las cosas con mente abierta y espíritu curioso y por sobre todas las cosas saber reír. Como dice una famosa frase de Charles Chaplin : “-La vida es una obra de teatro que no permite ensayos...Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida, antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos.”
Bruno y Josué estaban circundados del odio y sufrimiento de las personas. Aun así no dejaron que la tristeza los agobie. Siguieron en su mundo de ensueño en el que Bruno era explorador, y Josué participaba en una competencia con puntaje para ganarse el pan del día.
Por eso, podemos estar rodeados de pesadas cargas, deberes y problemas pero tenemos la misma posibilidad que los niños. Hacer de nuestra vida una gran aventura.
Marta Ricci


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