lunes, 31 de marzo de 2008

Un recorrido fotográfico: así comienza la historia

Manuel López nació el 12 de octubre de 1890 en Vigo, España. Debido a la guerra de España con sus colonias, decide emigrar a loa Argentina en 1899. En su adolescencia trabajó como motorman en el tranvía de La Boca, barrio en donde luego residiría.
En 1920 se casa con Rosa Miravelli, quien había nacido el 4 de abril de 1899 en el mismo barrio. Rosa se dedicó a la crianza de sus hijos y al cuidado de su hogar.

Mientras tanto en el mundo concluía la Primera Guerra Mundial y en Argentina asumía al gobierno el radicalismo de la mano de Hipólito Irigoyen en 1916 quien fue elegido por voto legítimo
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Los nonos

Jorge López nació en La Boca el seis de abril de 1926, una vez terminado sus estudios primarios comenzó a trabajar repartiendo leche y cortando pollos en el Abasto. Luego trabajó como guarda de trenes para el ferrocarril Roca en donde se jubilaría.
En 1962 se casa con Vilma Velazco con quien tiene tres hijos: Jorge, Carlos y Laura; luego se irían a vivir a Quilmes.

En el panorama nacional el gobierno seguía siendo radical (1926) de la mano de Marcelo.T. de Alvear en el mejor momento económico del país.
La Boca era conocida tanto en Europa como en Estados Unidos por las obras del pintor Quinquela Martín quien estaba de gira mostrando los paisajes de su barrio.


Vilma Velazco nació en la provincia de Corrientes el treinta y uno de Agosto de 1933.
Ella termina sus estudios primarios de adulta y luego se recibe de enfermera y comienza a trabajar en el hospital de Quilmes.

En 1933 la situación política era complicada ya que el país sufría la primera dictadura militar; este periodo fue conocido como la década infame donde predominó la violencia y el fraude. Además se firma el tratado Roca-Runciman que le daba el derecho ferroviario a los ingleses.
En 1935 falleció Carlos Gardel quien fue cantante y compositor de tango en un trágico accidente. Argentina pierde un ícono de su música popular.


¡Ya estoy llegando!

Laura López nació en el barrio de Retiro el 11 de julio de 1969.Una vez terminado sus estudios primarios comenzó a trabajar en una fábrica de paraguas, algo impensado en el presente.
En su adolescencia fue madre de Matías Mejias; a los 25 años de edad tiene su segundo hijo Leandro Guzman. En 1993 conoce a Marcelo Guzmán.
Luego comenzó a trabajar en la municipalidad del gobierno de la ciudad. En la actualidad mantiene su empleo y cursa sus estudios secundarios.

En el plano nacional estaba en el gobierno el general Onganía, que mantenía ideas fascistas-católicas-anticomunistas. El tango queda de lado ya que la juventud escucha el Rock Nacional (Sui Generis) e Internacional (The Beatles y The Rolling Stones).
Mientras tanto el hombre pisa la luna y comenzaba el movimiento llamado hippies que se oponían a regímenes militares debido a sus ideas liberales.
Marcelo Guzmán nació en el barrio de Constitución el veintitrés de octubre de 1965. Una vez terminados sus estudios primarios comienza a trabajar en una fábrica de electromedicina, donde actualmente continua trabajando. Padre de mi hermano Leandro Guzmán.

Para ese entonces Arturo Illia gobernaba llevando de nuevo al radicalismo al poder.

¡Acá estamos!
Matías Mejías nació en Quilmes el 24 de diciembre de 1987. Soy yo y actualmente vivo en el barrio de Villa Pueyrredón donde cursé mis estudios primarios y secundarios. Hoy trabajo para la empresa Farmacity.

Cuando nací gobernaba Raúl Alfonsín, presidente radical quien estableció nuevamente la democracia después de la última dictadura militar. En ese año, además, fallece Alberto Olmedo un gran cómico argentino.
La Argentina es reconocida en el mundo debido al campeonato mundial de fútbol ganado en México 1986.


Leandro Guzman, mi hermano, nació el 22 de octubre de 1994 en el barrio de Caballito.
Terminó sus estudios primarios y este año comienza sus estudios secundarios en el colegio secundario Rodolfo Walsh.

En 1994 se produce el atentado a la AMIA y el presidente de ese momento Carlos Menem es reelecto gracias a la modificación de la Constitución Nacional.




Matías E. Mejías

viernes, 22 de febrero de 2008

NECESIDADES

Atardece en Buenos Aires y el calor insoportable no cesa. Las hélices del ventilador del viejo bar parecen estar agobiadas tanto como yo lo estoy. A mi lado, un matrimonio de mediana edad se acomoda en la mesa lindera al ventanal. Piden un café para cada uno. Es económico, pero yo prefiero pedir una copa helada.

Repentinamente un niño entra al bar y mi mirada se detiene en él. Su rostro sucio, sus ojos llorosos y su vestimenta en mal estado como pergamino antiguo mal guardado lo muestran ante mis ojos como un ser realmente necesitado.

Noto que la pareja también lo observa, profundamente creo que ninguno de los allí presentes podemos obviarlo. El niño se va aproximando a las diferentes mesas pero todos intentan ignorarlo. De repente la mujer lo llama. El niño se acerca rápidamente a ella. Manos movedizas buscan agitadamente “algo” en una desordenada cartera hasta que finalmente un alfajor de dorado envoltorio sale de adentro de ella. El nene esboza una sonrisa que expresa en sí misma más que mil palabras. Con un suave gracias se dirige hacia la puerta mientras que con inocente ternura va rompiendo el papel que lo cubre. Yo miro al niño pero el resto de los presentes mira a la mujer como juzgando lo que hizo.

Me sorprendo. No puedo dejar de mirar como una joven mujer, que está en la vereda y que aparenta ser su madre le arrebata la golosina entre regaños y zamarreos. Parece expresar con gestos un… -Yo no te mandé para eso.

La mujer de la mesa acaba de ver lo mismo que yo. Intenta levantarse. Está enfurecida, pero el hombre que la acompaña la toma de un brazo evitándolo y le murmura: -No vale la pena que te enfrentes a ella.

Salgo del bar. El niño ya no está pero el alfajor permanece junto al cordón de la vereda. En este preciso momento pasa un camión y una de sus ruedas transforma en migajas aquella intención.

Nicolás Carrón

POR INTERMEDIO DE LOS MEDIOS

Vivimos en un mundo globalizado y los medios masivos de comunicación juegan un papel preponderante en él. Por medio de ellos nos enteramos casi al instante de lo que sucede en los lugares más remotos. Forman parte de nuestras vidas desde hace años; fueron cambiando y ajustándose a las diferentes épocas al igual que nosotros y hoy es prácticamente imposible vivir sin depender de alguno de ellos. Realicé una misma entrevista a mi abuelo, que nació en la década del 40; a mi suegra a fines de los 60 y por último reflexioné sobre mí. Leer los párrafos que siguen les permitirá a cada uno de ustedes identificarse con las características de una determinada década. Seguramente muchos momentos regresarán a sus memorias… y una íntima conclusión se hará eco o quizás no de mi reflexión final.

Para poder terminar… nada mejor que comenzar…

Podrán pasar los años, las décadas, las modas y las tendencias pero los medios de comunicación estuvieron, están y estarán siempre en vigencia. Es evidente que la radio, la televisión, los diarios y la telefonía acompañaron el transcurso de nuestras vidas más allá de la generación a la que pertenezcamos. Siempre fueron los hogares los primeros receptores de aquellos aparatos innovadores y siempre también el adquirirlos demandó un significativo esfuerzo económico de varios de los integrantes de los diversos grupos familiares.

Lo que sí ha variado a lo largo del tiempo fue el protagonismo de cada uno de ellos. La televisión llegó a la vida de mi abuelo cuando estaba transitando la adolescencia y fue la radio la que marcó claramente su niñez. Escucharlo mientras le hacía la entrevista se convirtió en un verdadero placer… En algunos momentos buscaba la ayuda cómplice de la abuela para recordar el nombre de esos programas radiales que evidentemente lo marcaron… cuando me habló del Tarzán de la época, del sonido del león en el momento de atacar y de ese… “continuará mañana” que lo dejaba con todas las ganas, sus ojitos se cubrieron de lágrimas. Abuelo y abuela recalcaron juntos que lo más grandioso que tenía la radio era que dejaba volar la imaginación. Tu Tarzán nunca sería igual al mío…

Para mi suegra, ningún medio de comunicación fue trascendente, ¿Tendrá algo que ver la dictadura militar de la época? A pesar de sus recientes cuarenta años recordaba un poco de cada uno a la vez que todos le significaban poco. Creo que lo que más la marcó era lo difícil que le resultaba hablar por teléfono. Hablar, expresarse, comunicarse… Vuelvo otra vez a pensar, y no se por qué, en la dictadura militar.

Para mí la internet es lo más; creo que para toda mi generación lo es. Más allá de las posibilidades económicas de cada uno; de una forma o de otra todos tenemos acceso a ella y si bien no es tan popular como para que haya una instalación hasta en las villas, como sucedía con la televisión en los 70, la invasión de los ciber en todo barrio o ciudad nos permitió navegar por la red por pocos pesos. Es fácil comunicar y comunicarse, quizás el vivir en democracia autoriza a expresar lo que se siente; aunque creo que hoy en día es más sencillo y se está volviendo habitual hacerlo por medio de mensajes de texto o correos electrónicos (que muchas veces se repiten exactamente a diferentes destinatarios) que utilizando la palabra oral.

Para terminar quiero cerrar este trabajo con lo que más me marcó. Uno de mis objetivos era descubrir por medio de las entrevistas cuál era el medio que había quedado en desuso con el correr del tiempo. Pude llegar a la conclusión que ninguno. Hay de todo y para todos los gustos, bolsillos y posibilidades; todo es vendible, comprable y todo aquello que te venden y comprás, sirve principalmente para seguir vendiendo; esa es su principal función, además de ser un elemento comunicacional. Como expresara Canclini, nuestra identidad se configura por todo aquello que consumimos, razón por la cual nunca dejaremos de hacerlo. Lo que si quedó relegado con el paso del tiempo resultó el “extrañar”…

Trabajo terminado, quiero ver a mi sobrino que nació en Valencia por la webcam…

Nicolás Carrón