viernes, 13 de julio de 2007

Memorias del saqueo: otra mirada

La película, en sí, provoca mucha indignación. Muestra el dolor de la gente, se encuadra bien el sentimiento que quiere mostrar cada imagen. Se logra en el espectador un acuerdo con lo que se plantea, con los problemas, y genera adhesión a los reclamos que se ponen de manifiesto. Mediante las imágenes de pobreza y, en contraposición, el excesivo dinero de nuestras figuras políticas, convierte el lujo del que gozan, en vulgaridad, llenándonos de bronca, al poderlos ver “triunfantes” mientras la población de la que son responsables, sufre enormemente gracias a sus delitos y deshonestidad.
Además, Pino Solanas se vale de imágenes fuertes de la realidad, como los niños desnutridos en el hospital, o como la del niño en el ataúd para hacernos llegar la realidad de muchísimas personas pobres a nosotros, que no sufrimos de esa manera, que no somos pobres ni ricos, pero que también somos argentinos y como tales tenemos que hacer valer los derechos de todos. En lo personal estas imágenes me llenan de un inextricable sentimiento de dolor, impotencia y ganas de abrirles los ojos cegados por el dinero o por el desinterés a nuestros dirigentes políticos.
También se incluyen escenas muy representativas de nuestra historia actual argentina, como el helicóptero de De la Rua después de su renuncia; la típica frase dicha por Menem: “síganme, no los voy a defraudar”; el cacerolazo del 2001, los saqueos, entre otros.

El film comienza desde el cacerolazo de diciembre del 2001, y luego retrocede algunas décadas (década del 70), para mostrarnos, cómo de a poco, el país iba empobreciéndose gracias a la deshonestidad de los presidentes, y el egoísmo, ya que se robaban todo lo que podían. Si bien el país nunca estuvo en total auge ni mucho menos, cada año, o cada cambio de presidencia, ocurrían hechos desfavorables para la población. Solanas cuenta cómo desde el ’70, la deuda externa fue creciendo desde 45 mil millones, hasta llegar a los 170 mil millones, fue incrementándose: en 1981, en época de la dictadura, la deuda era de 45 mil millones, luego, subió a 54 mil millones, diez años después alcanzó los 150 mil millones, y así hasta llegar a la suma de 170 mil millones. Esto debido a los pésimos ministros de economía y las malas maniobras. La desvalorización de las industrias propias, convirtiéndolas de estatales a privadas como YPF, CU-TRANCÓ, PETROBRAS, provocó desastres, en algunos sectores de la sociedad, por la cantidad de desempleados.
Además, se deja en evidencia la degradación humana y el empobrecimiento brutal progresivamente creciente, provocados por la economía de Cavallo. Éste desfavoreció a la clase media y casi la eliminó, enriqueciendo más a los ricos, y dejando aún más pobres a los pobres.
La cantidad de muertes por día a causa de la desnutrición y de las enfermedades curables, hablan por nosotros: 55 niños, 35 adultos y 10 personas mayores. Por año, mueren unas 35 mil personas.En fin: Argentina es el resultado de la seguidilla de políticos corruptos en el poder.


Keila Gomar