Para dar comienzo a
un texto sobre un libro lo mejor que se puede hacer es ofrecer un breve resumen
de texto en cuestión.
Un mundo feliz fue escrito en 1931, y habla del año 600 después de Ford. Es un mundo
donde los niños ya no nacen sino que son decantados, se los "crea",
la sociedad está dividida en castas (alfa, beta, gamma, delta y épsilon) y
todos cumplen con una función específica para la cual han sido decantados. El
problema empieza cuando un alfa (pequeño, distinto al resto en cuanto al
aspecto físico porque "había caído alcohol en su frasco"
llamado Bernard) comienza a pensar diferente, y gracias a eso decide ir a
"la reserva de salvajes" donde conoce a Linda (una ex gamma, que se
había perdido en una visita en la reserva de salvajes y quedó allí) y a su hijo
John, que eso es lo más extraño, ya que en "el otro lugar" como
llamaba Linda al mundo feliz no nacen los niños, ser madre era un horror.
Bernard se lleva de la reserva a estos dos individuos a la
"civilización", al poco tiempo Linda muere, la muerte no es algo que
cause pena ni sentimiento alguno a los habitantes "del otro lugar"
pero para John sí. La muerte de Linda es todo un revuelo en la cabeza de John
quien intenta liberar a los Deltas de su prisión, pero no solo que no lo logra
sino que gracias a eso él y sus dos amigos Bernard y Helmholtz terminan en
serios problemas. A los dos últimos se los envía a Las Islas Malvinas porque a
todos los que piensan diferente y son "peligrosos para el orden de la
sociedad" se los aísla, John se va a vivir a las afueras pero nunca dejan
de acosarlo, tampoco adaptarse "al mundo feliz" y encuentra como
salida el suicidio.
Entre todos los temas que aborda este libro uno de los que más se
destaca, sino es el que más lo hace, es la búsqueda de la perfección, la idea
de que todo tiene que ser de una manera determinada para que sea perfecto, el
aspecto físico, la forma de pensar, vestir, hablar, las cosas que se hacen y
las que no.
Todo aquel que rompe con la regla es despreciado y es un problema para
el orden.
Pensé mucho con qué relacionarlo y tristemente no encontré mejor
relación que con la realidad actual, aunque sea un libro de ciencia ficción no
está tan alejado del mundo real. Actualmente hay un reglamento sin escribir,
que ni siquiera notamos que está ahí y nos regimos por él. Vivimos en un mundo
en el que se aspira ser perfecto o lo que es peor se “DEBE” aspirar ya que todo
aquel que no cumpla el reglamento es despreciado, mirado mal, en el libro se
los aísla, en la realidad se los acosa.
En Un mundo feliz los seres huían de sus problemas tomando “somma” y
aquel que se negaba a eso era un bicho raro, un ser al que le gustaba sufrir y
sentirse mal, en la realidad actual el papel de somma lo podría cubrir la
televisión, la computadora, el celular, todos los aparatos tecnológicos que
cumplen con el rol de vía de escape y, aunque cada tanto despejarse la cabeza
de todo es sano, “vivir con la cabeza despejada” no lo es. En Un mundo feliz cada vez que uno de los
personajes cruzaba una situación difícil se sumía en un sueño profundo gracias
al somma, acá se sumergen en el mundo cibernético del cual, como los personajes
del libro bajo el efecto del somma, no quieren salir, el problema es que cada
vez estamos más cerca de tener un final como el de Linda en el que era tal el
efecto en el que estaba sumergida que dejó de tener conciencia real del mundo,
incluso en su lecho en su lecho de muerte, donde ni siquiera pudo reconocer a
su propio hijo. No digo que la tecnología lleve al ser humano a esa altura pero
tampoco me atrevo a descartar la idea.
La búsqueda incansable de la perfección y el huir de la realidad es lo
más destacado y marcado del libro y también es de alguna manera una de las
cosas que más se dan en el mundo real y desgraciadamente sus consecuencias son
las mismas, el que no es perfecto es acosado y despreciado y el que quiere
vivir en la realidad se amarga viendo cómo la sociedad cae en un pozo donde no
hay salida y el fondo está cada vez más cerca. Ojalá que el final de todos aquellos
que quieran vivir de una manera diferente a la que estipula el reglamento no sea
el mismo que el de John, ojalá que el mundo no llegue nunca a ser “Un mundo
feliz”…
María
Laura Serantes
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