Cuando llega el momento en el que uno tiene que
tomar la decisión sobre lo que va a estudiar luego de la secundaria, llegan, al
mismo tiempo, las inseguridades, las dudas, los miedos. En esos momentos uno
tiene en cuenta varias opiniones, de amigo, de familias.
Algunas veces las mismas familias son las que incitan
o imponen seguir una carrera, ya sea porque esa profesión pasa de generación en
generación, o bien porque les gustaría haber ejercido en ella y no tuvieron
oportunidad. En este caso uno se tendría que plantear si realmente está de
acuerdo en seguir esa carrera o si estará feliz ejerciéndola. En la (…)“búsqueda
de la vocación resulta esencial – como dice Viviana Pasquale – el
AUTOCONOCIMIENTO,
esto es: ¿qué me gusta hacer?, ¿qué no me gusta?, ¿dónde me gustaría trabajar?,
¿y dónde no?, ¿cuáles son mis habilidades, intereses, fortalezas, así como mis
debilidades o aspectos negativos? Y básicamente, ¿cuál es mi proyecto de
vida?”(…)
Es
muy importante para tomar cualquier tipo de decisión estar informado. Si uno no
averigua, no investiga, no conoce, es entonces cuando el miedo aparece. (…) “El
padre del miedo es el conocimiento”(…) [Fernando Gasalla].
Muchas
veces, en una familia, así como en la misma sociedad, algunas vocaciones están
“mal vistas” o con menos prestigio que otras, como por ejemplo las artes. Sin
embargo, como aclara Roberto Aras (…)“ hoy el éxito o el fracaso están más
ligados a la preparación personal, la voluntad de trabajo y la creatividad en
circunstancias cambiantes que al molde que les impone la sociedad”(…). Lo más
importante es hacer, estudiar y practicar lo que a uno en realidad le apasiona
y le gusta. Es imprescindible estar feliz con su vocación.
”La fidelidad a uno mismo en la
vocación es el mejor comienzo para triunfar” (Roberto Aras).
Camila Berestovoy
No hay comentarios:
Publicar un comentario