jueves, 21 de junio de 2007

Una crónica más: El niño de Villa Pueyrredón

Son casi las cinco de la tarde de un día sábado, en el barrio de Villa Pueyrredón, más precisamente sobre la calle Artigas y Franco. Un niño de aproximadamente 6 años, con la ropa sucia y rota, la mirada triste y unos cartones bajo el brazo, ingresa a un quiosco situado entre esas calles, atrás de él entraron dos hombres bien vestidos y una señora. El quiosquero vio al niño pero lo pasó por alto y atendió a los hombres, después quiso atender a la señora, pero ésta le dijo: -Atienda primero al niño-. El chico sacó un par de monedas de su bolsillo y le dijo al quiosquero: -Hola señor, tengo mucho hambre ¿me alcanza esto para un sándwich o un paquete de galletitas?- El quiosquero despectivamente le respondió: -Mirá, pibe, con esto apenas te alcanza para un par de caramelos ¡andante a juntar cartones y volvé cuando consigas más plata!-
Al niño se le llenaron los ojos de lágrimas, y cuando el quiosquero se acercó a la señora para preguntarle qué era lo que necesitaba, tomó uno de los sándwiches que estaban sobre el mostrador y salió corriendo, el quiosquero lo vio y comenzó a perseguirlo, logró atrapar al ladrón a unos veinte metros del quiosco, lo tomó del brazo sacudiéndolo, le tiró sus cartones, le sacó la comida y comenzó a insultarlo, el niño lloraba asustado y le decía: -Perdóneme señor, es que yo… yo y mis hermanitos tenemos hambre, pero le juro que no va a volver a pasar, se lo juro- El quiosquero no paraba de gritarle.
Ante este escándalo los vecinos se acercaron para ver qué era lo que estaba sucediendo, y entre ellos algunos comentaban: -¡¡¡Y claro!!! Chicos como este que ahora roban, en un futuro matan, violan…- Otros en cambio, defendían al niño y decían: -¡¡¡El quiosquero es un bruto!!! ¿Por qué no lo suelta? ¿No ve que lo está lastimando? ¡Es solo un niño que tiene hambre!- Pero no hacían nada al respecto.
La señora que estaba en el quiosco, tomó unos sándwiches y unos paquetes de galletitas, se los entregó al niño y le pagó al quiosquero, éste se quedó helado y soltó al niño, quien miró a la señora a los ojos y le agradeció desde el corazón.
Los vecinos al ver este suceso, comenzaron a aplaudir a la señora, la felicitaron, y hasta le ofrecieron dinero por los gastos. El quiosquero furioso, pero a la vez desconcertado por la reacción de los vecinos, cerró el negocio y se marchó del lugar.
Verónica C. La Rosa

1 comentario:

EL COLECTIVO dijo...

Felicitaciones por el trabajo de todos. Muy buena producción.
Somos una revista independiente editada en Paraná, Entre Ríos que ademas tiene un blog: www.elcolectivo2004.blogspot.com donde publicamos una de las crónicas. Todas estan muy buenas.
Felicitaciones de nuevo.
OSVALDO