sábado, 1 de febrero de 2014

La vida de las personas: un diario éxtimo

Llegué al colegio y elegí un libro que me atrajo por su contratapa, por lo general uno siempre quiere saber de qué se trata el libro antes de empezar a leerlo. Dentro de él, hay varios cuentos y poemas de la escritora Silvina Ocampo. Aquellos que más me atraparon y me incitan a compararlo con algunos conceptos aprendidos, recientemente son: “Los objetos” (de La Furia, 1959), “El progreso de la ciencia” (de Las Invitadas, 1961) y “El Rival” (de Y así sucesivamente, 1987).
Estos cuentos se pueden relacionar con la sociedad en la que vivimos actualmente, de cómo la sociedad es vista por los demás, o cómo a uno mismo le interesa puramente cómo lo ven los demás. El valor que el hombre le da a los objetos hoy, es tal que hasta pueden adquirir más valor que la persona misma, "en la imagen de la unificación feliz de la  sociedad por medio del consumo", dice Guy Debord, es que la sociedad de hoy en día es clasificada por lo que se puede tener, sos más cuando más objetos de mucho valor tenés. Es decir, sos supercool, si tenés el último celular, el gran auto, etc. Y hasta se puede llegar a sufrir por la pérdida de estos productos. En el cuento “Los objetos” tiene más valor el sentimiento por la familia, perder un objeto es reemplazable, aunque también menciona que realiza duelos por la pérdida de estos,  pero perder la familia no es algo reemplazable. Y eso es lo que vale, y es lo que debería valer en la sociedad posmoderna. Los objetos no deberían tener un valor, ellos no nos califican como personas, somos nosotros quienes construimos eso a través del tiempo. Pero en el siglo XXI, es más valiosa la imagen que muestra la persona: qué tiene, si es bonito o si no lo es, cómo se muestra, etc. Es aquí cuando podemos citar una parte del cuento “El progreso de la ciencia”, "El rey pensó que al no poder no ser vista su desdicha, dejaría de existir", "Al verse en el espejo, tan hermoso, el rey suspiró de alegría". Este cuento hace mención a un rey que quiere verse joven para siempre, y como al principio no lo logra, manda a cegar a todos sus súbditos. Una cruel acción, sólo por querer lograr la aceptación del otro. Esta situación se puede entender citando al ensayista Zygmunt Bauman "Quienes procuran la invisibilidad están condenados al rechazo, a la exclusión", esto hace referencia a que la persona tiene que ser vista, tiene que ser mostrada, para que la sociedad termine por aceptarla. Es por eso que hoy en día las personas son expuestas cada vez más en las redes sociales, y muestran lo mejor de ellos para poder ser aceptados por la sociedad. La persona que hace de su vida privada, una pública, está buscando la aceptación de los demás mediante sus propias habilidades.
Pero cuando hablamos de personas que son mostradas, también estamos hablando del resto de la sociedad que les pide a estos, que se muestren. En la sociedad actual, todos están obligados a mostrarse, porque si no no se existe. Todos tienen que verse bien, tienen que tener habilidades para ser aceptados finalmente. El público, es decir, el resto de la sociedad que está esperando la exposición de las personas, está interesado por la mediatización de la vida de las personas y son convertidos en consumidores de vidas privadas, ahora públicas, de las personas. Esta idea también aparece en uno de los cuentos de Silvina Ocampo, “El rival” se menciona: "Yo era buen mozo. ¿Por qué no confesarlo? Existen los espejos y las fotografías y los ojos de los demás para revelármelo".
Esta situación es propia de los siglos XX y XXI, y quienes sobrellevan esta situación, mayormente, son los jóvenes, que están en contacto permanente con las redes sociales, con la exposición y la figura personal que poseen.  

Sofía Gutiérrez 

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