viernes, 2 de noviembre de 2007

Ferias y Walmart: cultura propia y ajena

Según Néstor García Canclini, la internalización y la globalización generaron un ambiente cultural tan amplio que hoy, el reconocimiento de lo propio se nos hace más que difícil. Esta idea, desarrollada en su texto Consumidores y ciudadanos, nos permitió analizar de manera más útil y eficaz nuestra investigación. Veamos, pues, las diferencias y contraposiciones que existen entre los hipermercados y las ferias francas.
- “Yo elijo Walmart porque está cerca, y en algunas cosas, tiene mejores precios”
- “Acá ahorrás tiempo, tenés de todo en un mismo lugar”
- “Puedo elegir lo que quiero comprar”
- “Tiene cosas de buena calidad y a buen precio”
Estos, según los clientes, son los factores que determinan su elección. ¿Qué sucede entonces con las ferias?
- “La feria me queda más cerca”
- “Acá vengo a comprar limones porque, vos mirá, un kilo de limones me sale carísimo y acá los consigo más baratos”
- “Mi hija siempre compra el pescado acá, a mí me parece porque es más fresco que en otros lados”
- “Siempre compro algunas cositas acá, más que nada porque los conozco y se que me venden cosas buenas”
A simple vista diríamos que los consumidores que eligen las ferias lo hacen por la calidad y los precios, pero no es en esto en lo que difiere con Walmart. Una detenida observación nos permitió reconocer el verdadero sentido, la esencia misma de las ferias: un lugar de encuentro social. Mientras Walmart ofrece comodidades como la posibilidad de pagar con tarjeta en vez de efectivo, accesibilidad de conseguir en un mismo lugar todo lo que comúnmente se vende en distintos negocios (es decir, allí mismo podemos encontrar desde alimentos, productos de bazar o limpieza, muebles y otros, sin la necesidad de trasladarnos a otro sitio afuera) y, gracias a esto, rapidez; en las ferias se genera un ambiente familiar, de confianza, en donde se pueden entablar charlas y discusiones, y donde se establecen amistades y relaciones. Este clima nunca se verá en un hipermercado, donde a todos los corre el tiempo y el deseo de llegar a casa lo antes posible, y donde la continuidad de una breve charla con la cajera sería imposible.
Walmart es un ejemplo básico de la globalización ya que, a cada lugar en que se instala le incorpora bienes culturales extranjeros. Las ferias en cambio son parte misma de nuestra cultura, constituyen lo propio, y es precisamente su significado social lo que las fortalece y diferencia.
Otra noción que García Canclini incluye es que la identidad se construye a partir del consumo; adoptando esta idea vemos la diferencia entre los consumidores de ferias y los de Walmart: cada uno de ellos se representa con lo que posee o es capaz de adquirir. Esta selección y apropiación de bienes es lo que define cómo se integran y distinguen en nuestra sociedad.
Nora Anzilutti, Anabella Benincasa, Laura Nievas

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