lunes, 22 de octubre de 2007

Corazón de artesano

Tan simple como caminar por las veredas rotosas de la ciudad, y tan común como visitar una plaza publica en verano, es ver a los numerosos puestos de artesanías que se extienden en los alrededores de Plaza Italia. ¿Cuántos secretos esconde este lugar? ¿Cuánta labor es la que está dedicada para que todo esto cobre vida y nos ofrezca un espacio nuevo escapando a los de nuestra cotidianeidad?
A simple vista, podemos observar la sencillez del lugar, los puestos están armados con apenas cinco o seis fierros entrecruzados que le dan forma a un pequeño mostrador. El feriante es casi siempre un hombre, de mediana edad, que viste un humilde jean gastado y una camisa de uso diario, una persona “de barrio” notablemente bronceada por el sol que cada día pone en juego la esperanza de vender algo “para poder sacar unos mangos mas”, así lo dice Jerónimo, artesano entrevistado en estos puestos.
Cómo describir a las esculturas que allí están presentes: a simple vista se les distingue la laboriosidad con que fueron hechas, aquellos objetos sin forma alguna con colores llamativos que colman los espacios del mostrador, y esos otros que parecen pertenecer a la casa misma del artesano, objetos en desuso, antigüedades, entre otras cosas.
Para explorar más un mundo de artistas, nos internamos en el predio actual de artesanos “El Dorrego”, situado en la calle Dorrego y Zapiola. Este lugar ofrece una amplia gama de exposiciones, y a diferencia de los de Plaza Italia, El Dorrego parece ser un centro turístico por la cantidad de visitantes extranjeros. Cuando entramos al predio lo primero que llama la atención es un extenso techo de zinc, que hace barullo cuando llueve, la gente que entra y sale despreocupada hablando inglés u otros idiomas y el ambiente que es muy cálido y familiar. Podemos destacar la presencia de numerosos carteles que cuelgan por el techo, hay mucho color y expresión. En cuanto a los productos que se ofrecen se puede decir que son más pintorescos y caros.
La feria de artesanías “El Dorrego”, es una idea que nació hace unos cuatro años en el barrio de Palermo y que permite la libre expresión del arte, así nos lo cuenta Alberto (empleado del lugar) “La feria en parte se ocupa de darles un lugar a aquellas personas diseñadoras o artistas, que por lo general no tienen dinero para pagar producciones ni un lugar comercial”. En tanto Luis (artesano) agrega: “Acá se busca un desarrollo constante y una formalización de los emprendimientos de diseño, se trata de comunicar y expresar libremente el arte sin ninguna traba económica.
Con estos testimonios y las incontables observaciones que realizamos, intentamos dar a conocer más sobre este mundo artesanal, para meternos en la vida misma del artesano simple y trabajador que se gana la vida con las manos y el corazón.



Pascual Biondo

1 comentario:

Isabel dijo...

Generalmente visito paginas como la tuya y la verdad me gusto ver lo que escribes.
Felicitaciones y saludos